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Transnistria pide protección en Rusia ante la “presencia creciente” de Moldavia | Internacional

Misterio y tensión marcaron el encuentro de estos líderes políticos separatistas prorrusos en el antiguo enclave soviético de Transnistria, reconocido internacionalmente como parte de Moldavia, donde reclamaron la protección de Rusia ante la “presidencia creciente” del Gobierno moldavo. El presidente de Transnistria, Vadim Krasnoselski, ha convocado a un congreso a todas las autoridades electas de la región rebelde con el objetivo de unir fuerzas y alzar la voz contra las nuevas economías medianas impuestas en dinero por los gobernantes moldavos. La celebración de este foro político, el séptimo de este tipo desde la proclamación unilateral de independencia en 1990 -sólo si se repitió en momentos importantes como el llamado a la integración en Rusia durante un referéndum en 2006, que Moscú nunca reconoció- generó temores. entre las autoridades moldavas y ucranianas sobre la hipótesis de que Transnistria buscaría una nueva membresía en la Federación Rusa.

Finalmente, en un comunicado conjunto, los secesionistas instaron al Consejo de la Federación (Cámara Alta) y a la Duma Estatal (Cámara Baja) de Rusia, a la que se reunirán estos jóvenes, a «implementar medidas de protección para Transnistria ante el crecimiento presidido por la República de Moldavia». El texto destaca que en la región la independencia En realidad durante más de tres décadas vivieron allí más de 220.000 rusos (alrededor de la mitad de la población), y Rusia participó en la misión de mantenimiento de la paz en la región, además de ser garante y mediadora en el proceso de negociación. Mientras Ucrania sigue defendiéndose del ataque ruso, Rusia mantiene en Transnistria a 500 soldados dispersos en los distintos países de control como fuerzas de paz y otros 1.500 pertenecientes al Grupo Operativo de Tropas Rusas (GOTR), legado del 14º Comando de Guardas soviético.

Los separatistas de Transnistria también denunciaron durante el congreso al secretario general de la ONU, António Guterres, para que tenga en cuenta «los derechos inalienables del pueblo de Transnistria garantizados por las normas internacionales y para impedir que la vecina República de Moldavia viole esos derechos». y libertades de las ciudades de Transnistria y prevenir desafíos que conducirán a una escalada de tensión”. Incluyendo un llamado a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y otros organismos para que presionen a los líderes de Moldavia para «volver al diálogo racional dentro del proceso de negociación internacional y crear condiciones para una solución civil al conflicto».

Los dirigentes de Transnistria continuaron sus discursos con duras diatribas contra el Gobierno de Chisinau, como forma de allanar el camino para que Rusia les ayude, mediante una posible futura anexión. La República Moldava de Pridnestrovia, como se autodenomina, «luchará persistentemente por su propia identidad, los derechos e intereses del pueblo y no renunciará a su protección, a pesar de cualquier forma de canto y presión externos», declaró Krasnoelski en su discurso ante 600 asistentes. «Si se aplica una política de genocidio contra Transnistria», gritó el presidente, que enumeró cuatro supuestas «denunciadas en los últimos 30 años: el estrangulamiento económico, la destrucción física del pueblo, la denegación de protección jurídica y un intento de implantar fuerza». y el lenguaje”.

Guerra económica

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El líder de la pequeña región separatista también acusó a Moldavia de lanzar una guerra económica para «crear deliberadamente condiciones previas para un déficit presupuestario de millones de dólares». Sin embargo, Moldavia recuerda que la actividad comercial internacional de Transnistria se desarrolla en las mismas condiciones que el resto del comercio moldavo. La región, situada entre una estrecha Francia a lo largo del río Dniéster y Ucrania, disfruta de los privilegios fiscales que Chisinau le otorgó como una forma de seducción para restablecerla. Krasnoselski también se quejó este miércoles de que “Moldavia está tratando de destruir el sistema sanitario de Transnistria, bloqueando la administración de medicamentos y equipos médicos” y de que las autoridades moldavas adoptan una ley sobre el separatismo, que “crea las condiciones previas para procesar penalmente a todos los ciudadanos de Transnistria”.

Al trasladar la resolución adoptada por los diputados de Transnistria, el viceprimer ministro para la Reintegración de Moldavia, Oleg Serebrian, recibió “las declaraciones propagandísticas de Tiráspol” [capital de Transnistria] y aseguró que la región rebelde “se beneficia de la política de paz, seguridad e integración económica con la Unión Europea, ventajosas para todos los ciudadanos, tanto del lado izquierdo como del lado del Dniéster”. Chisinau insiste en que el objetivo del congreso era provocar histeria en la sociedad y que no hay riesgo de desestabilizar la situación en Transnistria.

Del tamaño de la provincia española de La Rioja, el territorio autónomo rebelde tiene oficialmente una media de un millón de habitantes, aunque se estima que la cifra de población real es insuficiente, ya que muchos habitantes han emigrado a Rusia y otros países de su entorno. El conglomerado de empresas Sheriff, que cuenta con distribuidores, supermercados, telecomunicaciones, energía, alcohol y acero, así como el principal club de fútbol, ​​apoya la vida política y económica de Transnistria. La planta metalúrgica del municipio de Rabnita, situada a 120 kilómetros de Tiráspol, cerca de la frontera con Ucrania, representa casi el ideal de las autoridades separatistas. Sus beneficios provienen de los bajos costos de producción debido al precio mínimo que se obtiene del gas.

Moldavia, aliada de Ucrania, lleva décadas reunificándose con la separada Transnistria. En realidad después de la guerra de 1992 que causó más de un millón de muertes. Chisinau ha expulsado repetidamente a las tropas rusas en retirada de la región en los últimos meses, así como a decenas de kilómetros de toneladas de armamento soviético almacenados en la zona.

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By Melissa Andreina Mendoza Araujo

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