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Un denunciante de la ONU revela que el consumo de recursos, en particular agua y electricidad, en algunos centros de datos está elevando los niveles de alerta, alterando el uso de materias primas. El documento, titulado ‘Información sobre la economía digital’, examina las consecuencias de la expansión global de las infraestructuras que sustentan los servicios de próxima generación, incluidos los basados en inteligencia artificial. Los datos indican que el consumo de electricidad de los principales operadores de centros de datos, como Amazon, Alphabet, Microsoft y Meta, se duplicará entre 2018 y 2022.
Consumo estimado y futuro
La Agencia Internacional de Energía estima que el consumo mundial de electricidad de los centros de datos en 2022 superará las 460 horas teradas (TWh), con una previsión de más de 1.000 TWh para 2026. Teniendo esto en perspectiva, el consumo total de electricidad en Francia en 2022 fue de aproximadamente 459 TWh. El impacto de este crecimiento es notable a nivel local. En Irlanda, el uso de electricidad de los centros de datos representa el 18 % del consumo nacional total en 2022, y se prevé que aumente al 28 % en 2031. En Singapur, los centros de datos son responsables del 7 % de la demanda de electricidad en 2020, y esperamos que el gobierno lo haga. imponer restricciones a las nuevas instalaciones.
Además de electricidad, los centros de datos consumen grandes cantidades de agua para refrigeración, aunque los datos sobre este aspecto son limitados. Los expertos destacan la necesidad de evaluar los impactos del agua considerando factores como el clima local y la disponibilidad de recursos.
Impacto desigual
La UNCTAD, la agencia de comercio y desarrollo de las Naciones Unidas, destacó la necesidad de “políticas sólidas para mejorar la sostenibilidad del crecimiento digital” e informó que los países en desarrollo se vieron afectados desproporcionadamente por el daño ambiental. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha advertido que la expansión no regulada de la economía digital podría excluir a parte de la población y abordar problemas medioambientales, especialmente con tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.
La UNCTAD proporciona datos preocupantes: en 2020, el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones generó entre el 1,5% y el 3,2% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, comparables con la aviación o el transporte marítimo. Producir una sola computadora requiere alrededor de 400 veces su peso en materias primas, y la demanda de minerales esenciales para la digitalización podría quintuplicarse en 2050.
A pesar de los compromisos de las grandes empresas tecnológicas para neutralizar su carbono, las emisiones de gases de efecto invernadero de empresas como Google y Microsoft han aumentado significativamente en los últimos años, en parte debido a la creciente demanda de infraestructura de inteligencia artificial. El crecimiento de la popularidad de la IA generativa está alentando a estas empresas a realizar grandes cambios en los centros de datos, con costos esperados de millas y millones de dólares en los próximos años. Sin embargo, los expertos piensan en la sostenibilidad económica y medioambiental de este crecimiento.
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